Meditación

A finales de Enero de 2017 llegué a la isla de Ko Phangan después de una dura travesía. Mi AirBnb estaba en el área de Srithanu, al noroeste y lejos de Haad Rin. Este área, Haad Rin, es la zona de fiesta y hogar de la Full Moon Party. Srithanu, por el contrario, es muy tranquilo y hay muchos centros de yoga, así como yoguis y jipis. Lo cual era el entorno perfecto para mí en ese momeno dado que estaba a punto de empezar a hacer meditación para contrarrestar los reflejos del ataque de pánico que justo tuve unos días antes en Singapur.

Para ello, me instalé la app de Headspace que alguien en Chiang Mai me recomendó. Así que comencé a hacer una sesión de 10 minutos todos los días, a primera hora de la mañana. Inicialmente, la app te guía durante 30 sesiones básicas, y te explica cómo seguir tu respiración y estar presente, así como los beneficios por tomarte ese tiempo para hacer ese ejercicio.

Esencialmente, esta filosofía enfatiza que los pensamientos y sentimientos son sólo temporales y cambiantes continuamente, y que podemos mejorar nuestras vidas muchísimo simplemente estando atentos y observándolos, como si fueran nubes cruzando el cielo.

Me sentí un poco diferente desde el primer día, así que continué haciéndolo todas las mañanas. Cuanto más lo estuve haciendo, más contento y feliz me sentía en general.

De hecho, aún a día de hoy sigo haciendo una sesión de meditación cada mañana, y no he tenido ningún ataque de pánico desde entonces.

Estamos tan ocupad@s con nuestras vidas que a veces nos sentimos un poco perdid@s o confundid@s. Tendemos a preocuparnos mucho cuando esto ocurre, y nos cegamos y no vemos que todo está bien. Pues al final, necesitamos comer, dormir y satisfacer nuestras necesidades humanas básicas. Y la felicidad proviene de las conexiones humanas que hacemos y de la fuerza de esos vínculos.

Aunque es cierto que la meditación cambió muchísimo mi percepción sobre la vida y la felicidad, también es cierto que estos cambios fueron graduales, y que otros aspectos tuvieron implicaciones también. ¡Pero esto es solo el comienzo!