Ego, éxtasis y unicornios

A finales de Febrero de 2017, ya llevaba en Ko Phangan algo más de un mes, y ya conocía la isla y sus particularidades bastante bien, sobre todo la zona yogui / jipi del norte en Srithanu, pues era donde permanecí durante toda mi estancia.

La vida en la isla era bastante rutinaria por lo general, pues siempre nos congregábamos la mayoría en los mismos lugares, dependiendo del día de la semana. Por ejemplo, todos los viernes por la noche hacían una fiesta reggae con música en directo en el mismo bar, y allí que nos juntábamos todos los norteños de la isla, tanto visitantes como residentes. Que por cierto, apenas había tailandeses ni siquiera entre los residentes, pues los precios en la isla eran prohibitivos para los trabajadores de Tailandia.

Otra actividad bastante popular en el norte era el baile extático (o ecstatic dance). Se hacía todos los miércoles antes del anochecer en una edificación abierta con columnas en mitad de la jungla, lo que en occidente utilizaríamos más probablemente como un parking público. La entrada costaba 200 Bahts (moneda tailandesa, aproximadamente 7 euros). No había ni alcohol ni drogas de ningún tipo.

La actividad comenzaba con una meditación corta, proseguida con música psicodélica. La música comenzaba siendo lenta y tranquila, y luego iba in crescendo. Al comenzar la música, los organizadores decían que simplemente camináramos e hiciéramos con nuestro cuerpo aquello que la música nos hiciera sentir; obviamente a medida que la música iba a más la gente también.

El baile extático duraba algo menos de 3 horas, y se podía ver de todo: desde gente sentada o tirada en el suelo meditando, hasta otros brincando al grito de «I love myself!» (me amo a mí mismo). Era muy raro todo al principio, pero al final le pillé el gusto.

Entre la multitud, a veces se podía divisar a Él. Él se hacía llamar Unicornio, y siempre iba vestido muy al estilo jipi pero con muchos accesorios como joyas, cadenas o pulseras. Llamaba bastante la atención. Y durante el baile extático aún más, pues además llevaba un gran cuerno en la frente. Había otros que llevaban ropas peculiares y llamativas al evento, pero nadie como Él.

Se decía que el Unicornio era profesor de tantra y extremadamente mujeriego. Yo alguna vez le vi liarse con alguna durante el baile extático (cosa que jamás he visto hacer a nadie ahí a menos que fuera con su pareja), y también me contaron que estuvo liándose con dos a la vez en una playa, entre otras cosas.

A medida que iba finalizando el baile, la música también se iba apagando, haciéndose más lenta y tranquila. La gente que estuviera de pie bailando tendía a sentarse o tirarse en el suelo directamente. Para cuando la música terminaba, uno de los organizadores se sentaba en el centro y se ponía a tocar una especie de timbal metálico llamado hang. Al igual que la música antes, primero empezaba rápido y luego iba decreciendo. Al terminar, se hacía una meditación corta para terminar el evento. Una vez, en esta parte del evento ocurrió algo bastante extraño: la gente comenzó a reírse sin motivo alguno. Creo que todo el mundo pensó que era tan raro que al final les entraba la risa, incluído a mí.

Si bien es cierto que la práctica de esta actividad está muy relacionada a lo que yo entiendo como mindfulness (es decir, a centrar la atención en el presente a través de las sensaciones físicas), también observé entre algunos de sus más fervientes participantes la presencia de un gran ego. Entre ellos, el Unicornio. El ego nos hace querer demostrar al mundo lo únicos y especiales que somos, y todos somos víctimas de él. Cuando el ego se siente atacado o amenazado, tendemos a frustrarnos o enfadarnos. Desde el punto de vista del mindfulness, cuanto más alimentemos o escuchemos al ego, mayor es nuestra insatisfacción. Centrar la atención en el momento presente y estar plenamente consciente nos permite darnos cuenta de que el ego no nos es bueno ni útil, y por tanto estamos en una posición más adecuada para aceptarlo y sentirnos felices con él.

En cualquier caso, el ego es un tema bastante extenso dentro del mindfulness y engloba gran parte de esta filosofía de vida, luego es seguro que seguiré hablando sobre ello en mis próximos artículos.