El título de esta entrada es el título del que se convirtió en uno de mis libros favoritos cuando lo escuché por primera vez a finales de 2017, y hoy lo menciono aquí ya que está muy relacionado con la idea que adopté en Abril de 2018 de que no hay nada (o casi nada) que lograr. Como se puede preveer por el título, el libro no usa un lenguaje apropiado para todos los públicos, pero expresa muy bien esta idea y es muy ameno de leer, luego lo recomiendo encarecidamente a tod@s los practicantes de mindfulness y a tod@ aquel interesad@ en el desarrollo personal.
Esta idea de dejar de intentar esforzarse y hacer cosas que realmente no me importaban tuvo una gran repercusión cuando asistí por segundo año consecutivo, a finales de Mayo de 2018, al retiro de emprendedores que organizaron algunos de mis colegas que eran nómadas digitales, los mismos que lo organizaron el año anterior. Mi ansiedad prácticamente había desaparecido, y me dejé llevar bastante más que el año anterior. También trabajé bastante menos, salí y socialicé bastante más. En definitiva… disfruté el retiro mucho más que el año anterior, y todo simplemente porque me encontraba en un estado mental mucho mejor.
En mi mastermind, hablé sobre mis negocios y mis futuros planes. En aquel entonces, estaba trabajando en una tienda online que monté para vender cestas de lavandería, con idea de enlazarla con mi startup anterior. No estaba vendiendo nada, y los oyentes me aconsejaron que lo dejara fundamentalmente porque no tenía pasión por ello. Mi pasión, decían, estaba en el mindfulness, luego me recomendaron perseguir esa idea que tenía de dar clases cuando llegara a Cádiz.
Y hablando de Cádiz, volví efectivamente a hacer lo mismo que el año anterior tras el retiro.
Un mes más tarde de que llegara, me di cuenta de que realmente no quería ser emprendedor, sino que lo que estaba intentando conseguir era crear una fuente de ingresos pasivos que me permitiera vivir sin tener que trabajar nunca más. Terminé dándome cuenta de que emprender y montar negocios no era el camino más apropiado para ello, porque aprendí que al final siempre hay que estar encima del negocio para que todo funcione como debe. Así que terminé siguiendo las recomendaciones que me dieron en mi mastermind: dejé la tienda, empecé a dedicarle más tiempo a escribir y a este blog, y comencé a dar clases en Agosto de 2018.
En definitiva, y como dice muy bien el libro, es mejor dejar de hacer cosas que no quieres para dedicar tu tiempo en las muy pocas cosas que te importan de verdad. Cuanto más importancia le demos a cosas que realmente no nos apasionan o nos gustan, mayor es nuestra carga mental, y como consecuencia mayores nuestras frustraciones e insatisfacción.
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[…] simplemente adquiriendo y poniendo en práctica aquellos conocimientos como que menos es más, que no hay nada (o casi nada) urgente, y la importancia de hacer sólo una cosa en cada momento y evitar entrar en modo […]