A finales de Mayo de 2017, estuve en una isla volcánica en Italia llamada Estrómboli. Era participante de un retiro de emprendedores que organizaron algunos de todos los nuevos amigos que hice en Ko Phangan. Justo antes de ir a Estrómboli, conocí a otro de los participantes en Nápoles, alguien que me pareció bastante brillante. Durante el retiro, todos los participantes organizamos varios talleres y seminarios, y este participante que acabo de mencionar hizo uno sobre productividad.
En su seminario, decía que cada mañana antes de empezar a trabajar, realizaba una serie de «rituales diarios». Estos «rituales» consistían en las siguientes actividades si no recuerdo mal:
- Una sesión de entrenamiento corta pero muy intensa de 7 minutos, usando una app llamada Seven
- Una sesión de meditación de 10 minutos con una app llamada Calm para estar presente y tomar consciencia
- Ver un vídeo inspiracional de TED Talks para permanecer motivado y entusiasmado
- Escribir afirmaciones positivas con una app llamada Five Minute Journal para aumentar la motivación y la concentración
- Escribir 750 palabras sin ningún tipo de filtros y lo más rápido posible con una app llamada 750Words para soltar todas las emociones negativas
- Escribir 10 ideas de negocio con Evernote, por muy disparatadas que que sean las ideas. Esto es para impulsar la creatividad
Y entonces, una vez hecho todo eso, era cuando él empezaba a trabajar. Decía que usaba una app llamada Workflowy para organizar sus quehaceres, y un calendario para organizar su agenda. Siendo más concreto, decía que creaba 5 objetivos cada mes, y que luego creaba 5 objetivos cada semana que le fueran acercando a alcanzar sus objetivos del mes. Y finalmente, registraba 5 quehaceres cada día en Workflowy que le permitiesen cumplir sus objetivos de la semana.
También recomendó eliminar todas las notificaciones del móvil, así como determinar unas horas fijas para responder emails, mensajes y redes sociales dos o tres veces al día.
Ninguno de los que estábamos allí presentes éramos para nada tan organizados como él en nuestros respectivos negocios, y la mayoría de nosotros flipamos con estas recetas o forma de vivir. Y yo, obviamente, no hacía nada que se le pareciese a esto con mi startup, pues simplemente me dedicaba a añadir tareas en Trello y a hacerlas según las iba pillando, sin ningún tipo de procedimiento ni disciplina.
Junto a otros de mis compañeros en el retiro, decidí probar esta forma de vida una vez terminase el retiro. Y a día de hoy y más de un año después, aún la sigo. En mis próximos artículos te contaré más al respecto y sobre sus efectos.
3 respuestas
[…] Mai mucho más de lo que jamás lo había hecho antes. Así como disfruté mi segunda estancia en Estrómboli justo después, pero de eso ya os hablaré en mi próximo […]
[…] Uno de mis rituales diarios más importantes es el de la escritura libre, que consiste en escribir todo lo que se me pase por la cabeza lo más rápidamente posible y sin ningún tipo de filtro. Inicialmente, me lo recomendó mi psicólogo en Chiang Mai, pero meses más tarde en Estrómboli también nos lo recomendaron en un seminario sobre productividad. […]
[…] Mai mucho más de lo que jamás lo había hecho antes. Así como disfruté mi segunda estancia en Estrómboli justo después, pero de eso ya os hablaré en mi próximo […]